Thursday, December 24, 2009

Escuchen a el piloto: Resistencia Juvenil/Grito Libertario (Archivo)

Escuchen a el Piloto: Resistencia Juvenil/Grito Libertario

En la segunda mitad del programa

Apoyen la programacion en espanol de KPFK

http://archive.kpfk.org/parchive/mp3/kpfk_091222_230030pilot.MP3

Tuesday, December 22, 2009

Escuchen a Resistencia Juvenil/Grito Libertario en KPFK 90.7 FM Tuesday 12/22 10pm

Escuchen a el piloto de un nuevo programa en KPFK por un colectivo de jovenes de diferentes organizaciones (incluye a Cop Watch L.A. y Brigada Popular) llamado Resistencia Juvenil/Grito Libertario parte de la programacion en espanol en la estacion de radio KPFK.

Este piloto/programa se enfoca en el capitalismo y la brutalidad policiaca.

Escuchenlo a las 10pm en KPFK 90.7 FM y kpfk.org por internet

Incluye Presentacion de Cop Watch L.A. sobre la brutalidad de policia
Segmento del Capitalismo y la brutalidad de la polica en el mundo (escrita por compas de la Brigada Popular)
y una entrevista con Rafael Soriano hermano de Saul Soriano que fue asesinado por la policia Enero 1, 2009.

Thursday, December 17, 2009

La costa de Michoacan- indigenous struggle needs support

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/denuncias/2751?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+EnlaceZapatista+%28Enlace+Zapatista%29


Comunicado de la Comisión por la Defensa de los Bienes Comunales de la comunidad de Santa María Ostula, Michoacán



A LOS PUEBLOS Y GOBIERNOS DEL MUNDO.
AL PUEBLO DE MÉXICO.
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

La COMISIÓN POR LA DEFENSA DE LOS BIENES COMUNALES DE LA COMUNIDAD INDÍGENA DE SANTA MARÍA OSTULA hace del conocimiento general que desde el pasado 29 de junio de 2009, fecha en que nuestra comunidad apoyada en su Guardia Comunal y por las comunidades nahuas de El Coire y Pómaro recuperó las tierras que le estaban siendo arrebatas por los ricos caciques de La Placita y fundó el poblado de Xayakalan, el GOBIERNO FEDERAL NO HA REALIZADO UNA SOLA ACCIÓN PARA LA SOLUCIÓN DE FONDO DE ESTE GRAVE PROBLEMA DE TIERRAS, provocando con ello mayor violencia e inseguridad en la región, pues, aún cuando la Secretaría de la Reforma Agraria manifestó en el diálogo del día 17 de julio del presente año su interés por resolver dicha problemática, NADA HA OCURRIDO EN DICHO SENTIDO.

Por el contrario, desde el pasado 18 de agosto hasta el día de hoy ocho comuneros de Ostula y El Coire han sido violentamente asesinados sin que nadie realice las investigaciones y finque las responsabilidades correspondientes; mientras que los medios de comunicación locales ocultan la existencia impune de poderosos cárteles mafiosos en la zona y señalan falsamente que nuestra lucha comunal es la causa de estos asesinatos y de otros desmanes, con el fin de facilitar la persecución y represión hacia nuestro movimiento.

Lo cierto es que en las últimas semanas el Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República (PGR) han ocupado en forma periódica casi la totalidad de las encargaturas que integran las comunidades de Ostula, Coire y Pómaro y de manera anticonstitucional los integrantes de la PGR han allanado gran cantidad de viviendas con el pretexto de buscar armas. Esto ocurre tanto en los poblados de la sierra como en los que se localizan junto a la costa.

Asimismo el pasado 31 de octubre un grupo de cinco sicarios fuertemente armados entraron en dos cuatrimotos al predio de Xayakalan con el fin de atacar a los habitantes de nuestra comunidad; sin embargo, nuestra Guardia Comunal logró repeler dicho ataque sin que pudiera detener a los agresores.

Ante la gravedad de la situación y la falta de soluciones a nuestra problemática agraria hemos decidido TRASLADAR PRÓXIMAMENTE UNA COMISIÓN A LA CIUDAD DE MÉXICO CON EL FIN DE QUE REPRESENTANTES DEL GOBIERNO FEDERAL NOS DIGAN SI ÉSTE ESTÁ DISPUESTO A CREAR INMEDIATAMENTE MECANISMOS QUE GARANTICEN EN FORMA DEFINITIVA LA TENENCIA DE LAS TIERRAS DE XAYAKALAN A FAVOR DE NUESTRA COMUNIDAD O QUE NOS DIGA SI ES CIERTO, COMO LO SEÑALAN MUCHAS PERSONAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN, QUE ESTÁ PROTEGIENDO LOS INTERESES NEOLIBERALES DE NARCOTRAFICANTES, EMPRESARIOS Y POLÍTICOS QUE PRETENDEN QUEDARSE CON NUESTRAS TIERRAS PARA HACER UN DESARROLLO TURÍSTICO, UN PUERTO Y UNA SUPERCARRETERA Y POR LO MISMO DA LA ESPALDA A LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA AGRARIO. DE ESTE MODO, NUESTRA COMUNIDAD SABRÁ CÓMO Y DE QUÉ MANERA ORGANIZARSE.

Invitamos a las comunidades de El Coire y Pómaro, a los pueblos de México y del mundo y a las organizaciones que han apoyado nuestra lucha para que estén atentos a lo que ocurra en los próximos días y a que NO PERMITAN QUE NUESTRA LUCHA PUEDA SER ACUSADA DE CRÍMENES INEXISTENTES Y REPRIMIDA VIOLENTAMENTE COMO HA OCURRIDO CON OTROS IMPORTANTES MOVIMIENTOS QUE AL DEFENDER SUS TIERRAS O SUS DERECHOS HAN DEFENDIDO A LA NACIÓN ENTERA DE LA AMBICIÓN DE UNOS POQUITOS MILLONARIOS.

Reiteramos que nuestra lucha es y seguirá siendo civil y constitucional y que nuestras exigencias hasta el día de hoy son las siguientes:

1. Respeto a la posesión que nuestra comunidad guarda sobre las tierras que recuperó el pasado 29 de junio en el paraje conocido como Xayakalan.
2. Creación de mecanismos por parte de los gobiernos del estado y federal que garanticen en forma definitiva la tenencia de dichas tierras a favor de nuestra comunidad.
3. El reconocimiento del nuevo asentamiento humano que hemos establecido en las tierras recuperadas y que lleva el nombre de Xayakalan.
4. La creación de un plan de seguridad que inhiba nuevos ataques por parte de sicarios o grupos paramilitares contratados o protegidos por supuestos pequeños propietarios de La Placita, municipio de Aquila, Michoacán.
5. El otorgamiento de garantías por parte de los gobiernos federal y del estado de Michoacán para el funcionamiento de las policías comunitarias y su guardia comunal en las comunidades de Santa María Ostula, El Coire y Pómaro, es decir, en todo el territorio nahua de la Costa michoacana.

Por último queremos hacer nuevamente del conocimiento general la cuenta bancaria en la que pueden hacer depósitos económicos tod@s aquell@s que deseen solidarizarse con nuestra lucha:

CUENTA “PERFILES” BANAMEX A NOMBRE DE VÍCTOR SELESTINO GRAGEDA, TESORERO DE LA COMUNIDAD. CUENTA NÚMERO 7989603, CLABE NÚMERO 002497044779896031. SUCURSAL LÁZARO CÁRDENAS NÚMERO 447.

SANTA MARÍA OSTULA, AQUILA, MICHOACÁN, A 13 DE DICIEMBRE DE 2009.

TIERRA Y LIBERTAD

LA COMISIÓN POR LA DEFENSA DE LOS BIENES COMUNALES DE LA COMUNIDAD INDÍGENA DE SANTA MARÍA OSTULA

Detienen a tres jóvenes anarquistas en la Ciudad de México

El día martes 15 de diciembre a las 6 de la mañana, fueron detenidos Abraham López Martínez y Carlos Orozco, ambos de 16 años, y Fermín Gómez Trejo, de 17 años de edad acusados de haber lanzado cócteles molotov en contra de varios automóviles estacionados en una colonia al sur de la Ciudad de México.
Las detenciones se realizaron después que vecinos de la zona avisaron a la policia de los hechos y una patrulla se cruzó en el camino de los tres jóvenes.
La familia de Abraham comenta que se enteraron de las detenciones cerca de la una de la tarde, cuando elementos de la policía judicial se presentaron en su domicilio para notificarles. A los detenidos no se les permitió el uso del telefono para avisar a sus familiares.
Abraham es un joven libertario estudiante del Colegio de Bachilleres. Participa activamente en el colectivo Tekap Anarquista del CCH Oriente, el cual hace unas semanas fué reprimido por las autoridades del plantel. http://abajolosmuros.wordpress.com/?s=cch+oriente
Al momento de escribir estas líneas la situación de los compañeros es incierta, se sabe que fueron presentados ante el Ministerio Público en la agencia 65 y de ahí remitidos al Tribunal para menores. Llamamos a todos y todas a movilizarse para lograr la libertad inmediata de nuestros compañeros.


¡Abajo los muros de las prisiones!
http://abajolosmuros.wordpress.com
Colectivo Autónomo Magonista (CAMA)
Vivir para ser libres o morir para dejar de ser esclavos
Visita nuestro Blog: http://colectivoautonomomagonista.blogspot.com/

Correos electrónicos:
camadf@yahoo.com.mx
Dirección provisional:
Cerrada de Londres, no. 14, int. 1, col. Juárez, Del. Cuauhtémoc, México, D.F.
(A unos pasos de la estación del metro Sevilla

Tuesday, December 8, 2009

Tragedy in the Sweatlodge

“October 8th, Tragedy in Sweat lodge Ceremony”
Most of us are aware by now about the devastating tragedy that occurred on October 8, 2009 at Angel Valley Retreat Center, when motivational speaker James Arthur Ray held a so called “spiritual warrior” event that has so far cost the lives of three people and will forever change the lives of sixty-four more. The facts are slowly coming out in the investigation in regards to what actually happened that day. Investigators found that the lodge used in the sweat lodge ceremony that claimed these lives, was made of plastic tarps, which is dangerous and can be fatal. Still the investigation continues to determine the actual cause of death. What people don’t seem to understand is the real problems lie where forensic teams refuse to look or examine. This tragedy is far deeper than some mishap accident and not only will affect the sixty-seven people involved but now this has the potential to effect many others, both directly and indirectly.
I ask all Mother Earth’s children, spiritual people, indigenous peoples, traditionalist and people seeking a spiritual foundation to read this and think for a while as I share some truth forensics will never find. I personally write this as a traditionalist, and as a prisoner within the federal system who has been doing sweat lodge ceremonies for many years.
As we are coming into the Aquarian age, a time of healing, many people are starting to wake up, remove the binders and realize the need for striving for higher consciousness. Much of the time people are turning to spiritual advisors and people of indigenous cultures with hope for guidance. They come with open minds, open hearts and trust for the spiritual advisor. Some people seek out wisdom in motivational speakers to help them in areas of their lives such as financially, intellectually, spiritually, etc…

In the self-help book titled “The Secret” by author Rhonda Byrne, on page 195, James Ray claims to be all of the above. He also claims to be an expert on many eastern, indigenous and mystical traditions. At this point I have to disagree for many reasons. The first reason being that there is no one human who is an expert in indigenous traditions. Only Creator is the expert. Second, as spiritual people or advisors or medicine men etc., it is far from proper to charge people for your services. It is okay to accept donations, due to the cost of living, but to try to get rich off of spiritual advice is bad medicine in itself. James Ray was charging approximately ten thousand dollars per person. That’s roughly six hundred and seventy thousand dollars for his services. Third, I will say Ray has some positive things to say in the book “The Secret”, but they’re just words. It’s a whole different setting when you start tampering with sacred ways. To walk the Red Road is a very precious and sacred path and there is much healing power in the ceremonies if you utilize them in a humble way. However, if you abuse these ways, you will suffer and so will those around you.

On October 8th Ray abused the sacred ways and the results of his actions are shattering. This guy, who claims to be such an “expert”, would have known that lodge was not properly built and plastic or metal are forbidden in a sweat lodge if he had any amount of time around the ceremonies. Also, Ray had the participants in the event endure a thirty-six hour fast then fed them a breakfast buffet before the lodge ceremony. This whole procedure was done completely backwards. Once inside the lodge, as the guide or sweat lodge leader, it is his job and responsibility to take care of every other person within that ceremony. Reports say many people were crying and screaming to get out, yet he made them suffer beyond the limits of even the hottest lodges. It has also been stated that other participants who attended prior lodges run by Ray, have been sickened as well. This guy is not some spiritual guru. He is a fake and now he has sold his soul along with others for six hundred and seventy thousand dollars. He took the little bit of knowledge he had been blessed with for granted and abused it and now it is affecting more than just him and the sixty seven people involved in this ceremony. This guy should never be allowed near another sweat lodge or any sacred item again.

If one knows their history even a little, they will see that Native Americans as well as all other indigenous people have been in a constant struggle for their rights to keep their religious beliefs and practices (a.k.a. spiritual ways). For hundreds of years Native Americans have fought just to survive as a whole. The government looked for any reason to justify genocide of indigenous peoples. Because of the power of our spirituality, sacred ways and the sacrifices and lives of our ancestors and elders, our ways still exist.

As a Native American/Breed prisoner in the federal system who walks the Red Road to the best of my ability, I take my spirituality very seriously and I am truly grateful for these ways and the people who fought for them. It wasn’t until the late 70’s early 80’s that the sweat lodge ceremonies were allowed inside the penitentiary walls. Thankfully, with the help of the AIM and NARF and through the grace of the Great Spirit, we now sweat every week. Pray hard and suffer in a good way.

When people abuse these ways it gives reason for the government to once again question our ways and start harassing us and our spiritual beliefs. They start conjuring up rhetorical questions in regards to the liability issues they would face if someone were to get hurt or if a fatality were to happen in a lodge behind the walls.

James Arthur Ray has not only broken the hearts and trust of many people, but he has jeopardized all the hard work, blood, sweat and tears and sacrifice that Native American people have gone through to get us what we have.

Also, as an “expert” of these ways, Ray would have known that traditionally you do not mix men and women in a lodge together. If women sweat, they have their own lodge. Even if women do sweat with men it is forbidden for women to enter a lodge or even be around sacred items while on their moon. For someone to be charging approximate ten grand a head, I feel Ray would not have told women this because potentially it could have cost him ten thousand, possibly more.

My reasoning for writing this is not solely to chastise James Arthur Ray or Paul Michael Hamilton, owner of Angel Valley Retreat Center. Indeed, I do write out of anger and hurt, for it breaks my heart when I see people abuse these ways, but I also write for the sake of others who may be seeking a spiritual path and I want people to know this tragedy is spiritual. It wasn’t because anyone was unhealthy, etc. Another reason I’m writing this is because no one besides the media seems to be talking about this and it needs to be addressed.

My Message in All of This:
For “motivational speaker” James Arthur Ray, you have upset the Creator and in time Creator will deal with you accordingly, that’s for sure. You cannot frivolously play with sacred ways. Now you along with many others will reap the consequences for your actions. You should have stuck with being a motivational speaker. I pray Creator will humble you.

Paul Mitchell Hamilton, you are as guilty of playing with sacred ceremonies and ceremonial structures. You are living on sacred land and you’re making a mockery of these indigenous ways. If you don’t know what you are doing, you should not be assisting in, sponsoring of, or constructing of a sweat lodge. You should have stuck with your oriental symbols on your replicated tepee. At least now you know to never use plastic. If you’re not a firm believer in karma now, you will be, in this life or next. I pray Creator humbles you as well.

To all the people seeking a higher consciousness or a spiritual path, please do not let this incident scare you away from what you are searching for. The sweat lodge may very well be what your spirit needs. I only ask that before you jump out there and trust someone to be your spiritual advisor, take the time to check their authenticity. Take great caution of those who claim to be an expert or professional in the realm of spirituality. Always remember, just because someone has some fancy sounding Native American name such as “Two Bulls” or “Four Fathers”, it doesn’t mean that they are legit. Be very sceptical of those charging standard rates to get closer to God. Creator doesn’t charge rates for his love. Respect our sacred ways. This is our way of life and anyone with a good heart of love and compassion is welcome to walk down this path.

Now, I ask anyone who reads this to take a few moments to acknowledge and pray for these people who lost their lives, for the ones who were traumatized in all this. Pray for their loved ones, their children, for them to understand that this was more than just an accident, it’s spiritual. Pray for our spiritual people, our Elders, our youth, our sick, our women and our warriors. Pray for Mother Earth and pray to Creator for forgiveness and guidance. Last, please pray for the prisoners who sweat and suffer in the sweat lodge ceremonies behind the walls. We may have made some mistakes in our lives, no one is perfect. We’re all in here for a reason but we’re not all bad people. The brothers in the Native American circles sweat and suffer for the people, for the earth, for all relations and to help better themselves. We pray for those involved in the October 8th tragedy. Our hearts and prayers go out to you and your families. I personally have shed many tears over this and it will forever leave scars on my heart.

Thank you for taking the time to read this and hopefully for your prayers. In my opinion, there are many lessons to be learned from all of this. I only hope people will take the time to listen and see the message behind this tragedy.

Much Love and Respect,

James “Coyote” Anderson
ANI-WA-YA TSA-LA-GI
Cherokee Nation/ Wolf Clan

Guns of Brixton/Spanish Bombs

Two of my favorite songs, Guns of Brixton and Spanish Bombs by The Clash

Spanish Bombs by Tijuana No



Free Alex Sanchez! Press Conference Thursday 12/10/09

Free Alex Sanchez!

Press Conference this Thursday Dec. 10th for International Human Rights Day

12pm

Immanuel Presbyterian Church
3300 Wilshire BoulevardLos Angeles, CA 90010-1757
(213) 389-3191

http://denverabc.wordpress.com/2009/10/20/la-alex-sanchez-denied-bail/

From the Denver Anarchist Black Cross

LA: Alex Sanchez denied bail

US Judge Manuel Real denied Father Gregory Boyle, nationally-known for his gang prevention work, the opportunity to testify as an expert defense witness for Alex Sanchez on Monday, then promptly denied Sanchez bail while reading from prepared notes.

The prosecution’s fear was that the widely-respected Jesuit priest would dismantle the state’s gang conspiracy case based on his long experience with street gangs in Los Angeles and El Salvador. They received immediate relief from Judge Real who dismissed Boyle’s right to testify on the confusing grounds that Boyle thinks Sanchez is innocent.

Fr. Boyle planned to testify whether four wiretapped phone calls showed that Sanchez was a danger to the community or a risk of flight, as the government maintains. The priest’s testimony challenged the expert testimony of former LAPD CRASH officer Frank Flores, whose account of the wiretaps left out whole sections revealing that Sanchez was not a gang shot caller and not involved in a murder plot. Boyle’s testimony, over 25 pages in submitted form, challenged the entire prosecution claim that Sanchez leads a double life. Even though Boyle’s testimony, over 25 pages as submitted, examined the four wiretapped phone calls consistent with the judge’s request, the judge kept the priest off the stand, asserting that the testimony was somehow irrelevent. “Father Boyle thinks the defendant is innocent, but that’s not we’re here for”, the judge said.

It was the most powerful blow against Sanchez, a gang intervention leader, during a hearing in which the judge repeatedly interrupted and lectured Sanchez’s court-appointed lawyer, Pasadena attorney Kerry Bensinger. “If it’s going to go on like this, it’s not going anywhere”, said the judge at one point.

The most revealing revelation of the day came during Bensinger’s cross examination of Flores. In his lengthy interpretation of the wiretaps, Flores omitted any reference to an exchange between Walter Lacinos [“Cameron”] and Sanchez [“Rebelde”] in which Lacinos says two times with irritation that Sanchez should not be on the phone call at all because he is no longer an active gang member, which would undermine the government’s contention that Sanchez was a shot caller. Sanchez replies on the wiretaps that he has joined the phone call to respond to threats on his life and rumors that he was an FBI informant.

Asked how he failed to report such an important exchange to the court, Flores could only reply that he thought Lacinos’ remarks were “tongue in cheek” and a “slap back.”

The judge also refused the testimony of Rosemary Ashmalla, an expert on the provision of tattoo removal services. The prosecution has claimed that Sanchez, while claiming to promote tattoo removals, secretly has a gang tattoo on his chest. Ashalla was to testify that gang tattoo removals typically target the hands, neck and face, in order to make re-entry to the job market possible. The judge ruled her testimony “irrelevent” because she didn’t personally oversee Sanchez’ tattoo removals. But her testimony was to address why a tattoo would not be removed from the chest, not why Sanchez had tattoos removed from visible parts of his body.

In the wrap up arguments for bail, Bensinger stressed the enormous outpouring of community support, including $2.5 million proffered in property sureties and funds. The prosecution, apparently confident of the judge’s protection, argued that Sanchez’ broad support was proof that he would be “uniquely able to flee” if given bail.

The judge claimed that none of the many letters supporting Sanchez addressed the question of his showing up for court appearances if given bail. There were gasps in the courtroom from many individuals who thought their letters addressed that issue exactly. For example, the former Los Angeles FBI director, Thomas Parker, actually assured the judge that he would personally accompany Sanchez to court if he was freed on bail.

The feeling among friends and family who witnessed the hearing was that, despite hopes in previous weeks, there would be zero possibility of a fair trial for Sanchez in Real’s courtroom. There will be appeals to the federal circuit court, but those will take months.

Thursday, December 3, 2009

Call for Workshops and Sponsors for the 2nd Annual Los Angeles Anarchist Bookfair January 24th

Queridxs Compañerxs,

We warmly greet you and your efforts to keep anarchism alive and well in Los Angeles and wherever else you are. We, the coalition made up of collectives and individuals that coordinated the 2008 Los Angeles Anarchist Bookfair and this year’s Southern California Anarchist Conference, want to invite you to coordinate with us the upcoming January 24, 2010 Anarchist Bookfair at Barnsdall Art Park. Here are just some of the ways to get involved:

  • Come to a planning meeting. (contact: contact@anarchistbookfair.com)
  • Submit a Workshop proposal. (applications available at diyzine.com)
  • Table at the Book Fair (applications available at anarchistbookfair.com/forms or contact: tabling@anarchistbookfair.com)
  • Sponsor the Book Fair & get your name on the glossy flier & the website ($50-100 sliding scale, deadline Dec. 20th – mail checks to P.O. Box 292344, LA, CA 90029, made out to “Sandpaper”)

  • Contribute your art, music, or other talents. (*@anarchistbookfair.com)
  • Bring food to share. (contact: cyancyanide@gmail.com)
  • Host a fundraising event. (contact: solidarity@anarchistbookfair.com)

We understand many of you have hectic schedules and other projects going on – so we ask that you support us in any way you can. We also invite your feedback on past events we’ve held, suggestions for this year’s activities, and more than anything-sharing ideas for long-term projects that would benefit all of our collectives. We take pride in the wonderful relationships built with other Los Angeles anarchist collectives and hope we can continue strengthening them.

In Solidarity,

LA (A) Bookfair Collective/ Coalition


War on Afghanistan?

I wouldn't expect anything else from an imperialist country and its president.

Wednesday, December 2, 2009

Miguel Torres!





Ser un Bookchinita

Ser un Bookchinita

Por Chuck Morse (Octubre, 2007)

Traducción: Pablo Abufom S.

* * * * *

Cuando Murray Bookchin murió el 30 de Julio del año pasado, desapareció una de las figuras más ambiciosas e inspiradoras de la izquierda anti-autoritaria.

Fue un autor, educador y activista, aunque sobre todo fue un revolucionario que entregó su vida a una única y colosal tarea: idear un proyecto revolucionario que pudiera sanar las heridas de la humanidad y la separación entre ella y el mundo natural. Intentó esbozar los principios teóricos de esta tentativa; construir organizaciones capaces de transformar el mundo basándose en esos principios; y forjar un cuadro con la sabiduría necesaria para combatir por ellos y resistir los inevitables altibajos de la vida política. Tenía mucho en común con otros constructores de sectas de la izquierda socialista – como Max Shachtman, Josef Weber y Raya Dunayevskaya, por ejemplo – quienes, en sus respectivas épocas y latitudes, también intentaron rescatar la empresa revolucionaria del desastre que fue el Comunismo ruso y de las muchas calamidades del siglo XX. (1)

¿Tuvo éxito en esto?

No, no lo tuvo. No creó una nueva doctrina revolucionaria adecuada a sus fines o una, por ejemplo, que tuviera la fuerza transformadora del Marxismo. Su obra simplemente carece de la coherencia y la sutileza necesarias para alcanzar ese punto. Sus ideas tampoco han capturado la imaginación de un gran número de personas, no son parte del debate de la izquierda; nunca han tenido una influencia en la academia seria; y quienes aún abrazan de corazón sus visiones son, en efecto, un número reducido. Su legado teórico permanece en los márgenes de la vida intelectual.

Su intento de construir el marco organizacional para un movimiento revolucionario renovado encontró un destino similar: no sobrevive ninguno de los periódicos u organizaciones que inició o co-inició. El Institute for Social Ecology [Instituto de Ecología Social], que co-creó en 1974 para difundir sus perspectivas, se derrumbó en 2005 tras años de crisis fiscal y una decreciente matrícula. La Left Green Network [Red Verde de Izquierda], que co-fundó en 1989 para promover sus convicciones anti-estatistas, anti-capitalistas entre los Verdes, se disipó en 1991. El grupo Anarchos, que guió en la década de los sesenta, se disolvió hace más de una generación. Del mismo modo, ninguna de las revistas o boletines que fundó, co-fundó o inspiró existen hoy (Anarchos, Comment [Comentario], Perspectivas Verdes [Green Perspectives], Left Green Perspectives [Perspectivas Verdes de Izquierda], Left Green Notes [Notas Verdes de Izquierda] y Harbinger [Heraldo], entre otras).

Su iniciativa de crear un cuadro capaz de instituir sus perspectivas tuvo los mismos resultados. Desde la década de los sesenta, si no antes, Bookchin se rodeó de pequeños grupos de discípulos y protegidos, cuyas habilidades intelectuales y políticas quiso cultivar. Cada uno de estos grupos se desintegró en uno u otro momento y salvo un puñado, todos sus miembros se distanciaron de él políticamente. En el momento de su muerte, tenía escasos seguidores.

¿Capta esta dura evaluación – en la que juzgo a Bookchin según los estándares que él estipuló para sí mismo – la amplitud de sus logros como agente para el cambio social? No. Aunque nunca se convirtió en el Prometeo revolucionario que aspiraba a ser, dejó un patrimonio significativo – aunque más modesto y complicado. Esto es indudablemente cierto para quienes participaron en su intento de construir una secta revolucionaria. (2) Por ejemplo, yo pasé varios años colaborando con Bookchin y es una experiencia que todavía me inspira y me desafía. Fue emocionante, decepcionante y – sobre todo – expandió dramáticamente mi idea de lo que significa ser radical.

Conocí a Murray en el programa de “Ecología y Sociedad” del Instituto de Ecología Social el verano de 1989, cuando asistí a sus clases. Esto me impulsó a mudarme a su hogar adoptivo de Burlington, en Vermont, seis meses después para trabajar con él más de cerca. En ese momento, Murray trabajaba enérgicamente en la construcción de su núcleo revolucionario y alentaba a jóvenes de todo el país a que se le unieran. Apenas dos docenas de personas estaban involucrados en el proyecto cuando yo llegué. La mayoría tenía poco más de veinte años y, en general, eran altamente idealistas, devotos y serios. Gran parte había dado un giro hacia Bookchin después de haber tenido experiencias frustrantes con otras tendencias de la izquierda.

Me volví su aprendiz deliberadamente y pronto me convertí en uno de sus principales discípulos. Fui su ayudante en el Instituto de Ecología Social en el verano de 1990, miembro del colectivo editorial de su Left Green Perspectives por un año, y trabajé como “Coordinador” de la Left Green Network con la compañera de Bookchin, Janet Biehl, entre 1990 y 1991. También formé parte de los Burlington Greens, el grupo activista que lideraba cuando llegué a la ciudad, y participé en las clases sobre historia y filosofía que daba en su casa en esa época. Además, pasé incontables horas en discusiones privadas o semi-privadas con él. Me guió, me educó y me alentó, y yo intenté apoyarlo y compadecerme de él lo mejor que pude. Nuestra relación menguó cuando dejé Vermont en 1992, aunque mantuvimos un contacto amistoso hasta su muerte.

En este ensayo exploraré mi experiencia en el círculo cercano de Bookchin. Mi objetivo es ilustrar algunas de las fortalezas y debilidades de su singular aproximación a la cuestión orgánica revolucionaria, así como mostrar cómo pudo inspirar un proyecto que – aunque puede haber parecido sectario y exagerado a quienes no formaban parte de él – fue tremendamente inspirador para un pequeño grupo de jóvenes bien intencionados, comprometidos e inteligentes que buscaban una alternativa.

* * *

El proyecto de Bookchin se basaba en una narrativa general de la evolución natural y del rol de la humanidad en ella. Desde su punto de vista, la vida tiene la tendencia de darse a sí misma formas cada vez más diferenciadas y auto-dirigidas, algo que se evidencia, por ejemplo, en el surgimiento de vida orgánica desde la materia simple. La emergencia de la humanidad es una transformación cualitativa en la historia de la vida, dado que sólo nosotros tenemos la capacidad para razonar y, por tanto, la habilidad de fomentar auto-conscientemente las tendencias evolutivas que hicieron posible nuestra existencia. En sus palabras, somos potencialmente “la naturaleza vuelta auto-conciente”. (3)

Para honrar nuestra herencia evolutiva, debemos crear una sociedad cuyo metabolismo con el mundo natural sea ecológicamente coherente y cuyas relaciones internas sean democráticas y descentralizadas. Sólo estas formas sociales poseen la plenitud y la libertad que la vida requiere.

Según Bookchin, nos aproximamos a esto al comienzo de nuestra historia cuando vivíamos en lo que él llamó “sociedades orgánicas”. En ese entonces, los humanos tenían prácticas culturales relativamente igualitarias y una relación favorable, aunque desinformada, con la naturaleza. “Reconozcamos con franqueza”, escribió Bookchin, “que las sociedades orgánicas cultivaron espontáneamente ciertos valores que nosotros difícilmente podremos mejorar”. (4)

Sin embargo, en lugar de construir sobre la base de este logro temprano, tomamos un trágico desvío de nuestro itinerario evolutivo. “[E]n la zona intermedia entre la primera naturaleza [no-humana] y la segunda [humana]… la evolución social comenzó a asumir una forma sumamente aberrante. El esfuerzo de sociedades orgánicas como las bandas y las tribus por elaborar formas sociales no-jerárquicas e igualitarias fue interrumpido… la evolución social fue despojada de la realización y el cumplimiento de una sociedad cooperativa en una dirección que produjo instituciones jerárquicas, estatistas y de clase”. (5) En lugar de convertirse en “la naturaleza vuelta auto-conciente” y elevar “la evolución a un nivel de auto-reflexividad que siempre había estado latente en la emergencia misma del mundo natural”, (6) los humanos crearon una sociedad irracional que socava sus propios logros culturales, impone miserias innecesarias a vastas franjas de la población, y amenaza la supervivencia misma del ecosistema. Las relaciones – dentro de la sociedad y entre sociedad y naturaleza – que deberían haber sido complementarias, se volvieron y siguen siendo antagónicas. Como resultado, el mundo está en crisis, (7) que es, “sobre todo, una crisis en la emergencia de la sociedad desde la biología, [y] las contradicciones (que surgen de la jerarquía, la dominación, el patriarcado, las clases y el Estado) que se desplegaron con este desarrollo”. (8)

En efecto, seguiremos siendo básicamente inhumanos hasta que superemos este obstáculo. “En un sentido muy real, entonces, todavía estamos inacabados en cuanto seres humanos”, afirma Bookchin, “porque no hemos realizado todavía nuestro potencial para la cooperación, el entendimiento y el comportamiento racional”. (9) “Los seres humanos son demasiado inteligentes como para no vivir en una sociedad racional, como para no vivir con instituciones conformadas por la razón… Mientras no lo hagan, seguirán siendo criaturas peligrosamente inmaduras y a la deriva”. (10)

Para quienes son fieles a la misión evolutiva de la vida, la tarea es, entonces, fomentar una gran transformación en los asuntos humanos. “Después de unos diez milenios de una evolución social bastante ambigua, debemos reingresar a la evolución natural” para llevar a cabo “tanto una humanización de la naturaleza como una naturalización de la humanidad” (11) en la que “una humanidad emancipada se volverá la voz, en efecto la expresión, de una evolución natural vuelta auto-consciente, preocupada y empática con el dolor, el sufrimiento y los aspectos incoherentes de una evolución dejada a su propio despliegue a menudo sin dirección. La naturaleza, debido a la intervención racional humana, adquirirá por consiguiente la intencionalidad, el poder de desarrollar formas de vida más complejas, y la capacidad para diferenciarse a sí misma”. (12) La humanidad será útil y completará su propia herencia creando una sociedad ambientalmente coherente, construyendo instituciones directamente democráticas que nos permitan participar plenamente en la determinación de la dirección de la vida social, y reemplazando el capitalismo por una economía cooperativa estructurada en torno a imperativos morales – y no mercantiles.

Imperativos
Esta perspectiva macro-histórica fue la que absorbimos de los libros de Bookchin, y la que aceptamos como fundamento para nuestras actividades cuando nos trasladamos a Burlington para colaborar con él. Su punto de vista era estimulante, porque ponía nuestro activismo en un plano epocal, pero también implicaba responsabilidades significativas, si es que íbamos a convertirnos en actores políticos capaces de lograr la transformación histórica mundial que él visualizaba. Haré un bosquejo de tres de los principios cardinales para formar parte del círculo de Bookchin: educación, primacía de la moralidad y audacia.

En primer lugar, teníamos que educarnos a nosotros mismos. (13) Murray nos instaba a que desarrolláramos una familiaridad básica con la historia de los movimientos revolucionarios y la tradición crítica de las ideas. Se esperaba que estudiáramos sus voluminosos escritos, a grandes pensadores como Marx y Hegel, y a autores menos conocidos que él consideraba importantes (Hans Jonas, Lewis Mumford, y otros). Comprender su trabajo y el de los teóricos asociados requería un esfuerzo intelectual mayor del que había conocido hasta ese momento – su mismo vocabulario era un desafío – pero mis pares y yo asumimos la tarea y nos esforzábamos mucho porque creíamos que algo muy importante estaba en juego. Él hacía todo lo posible para alentarnos y comúnmente daba largas respuestas a las preguntas acerca de nuestras lecturas que le presentábamos en los intermedios en encuentros o en intercambios privados. De hecho, le era difícil no entregarse a extensas disquisiciones sobre los textos en cuestión, tanto así que se convirtió en una especie de juego entre nosotros ver quién hacía la pregunta que suscitaría el monólogo más largo.

Murray nos aconsejó no sólo para que explorásemos los pensadores y eventos claves en la historia revolucionaria, sino también para que nos familiarizáramos con los principales momentos de la tradición occidental, desde la antigua Grecia hasta el presente. Creía que podíamos y debíamos asimilar los mejores aspectos de este legado en nuestro movimiento. La extraordinaria amplitud de referencias históricas y teóricas, tanto en su obra como en sus clases, parecían mostrar que esto era posible. En efecto, poco tiempo después de mi llegada, había comenzado a dar dos clases bi-semanales en el salón de su casa: una, la “Política de la Cosmología”, examinaba la historia de la filosofía desde los pre-socráticos hasta los eruditos contemporáneos; la otra, “La Tercera Revolución”, revisaba el destino de los movimientos revolucionarios desde la Edad Media hasta la Guerra Civil Española (y constituía la base para el cuarto volumen de su libro con el mismo título). Ninguna idea era demasiado abstracta, ningún evento era demasiado remoto como para quedar fuera de nuestro proyecto transformativo.

Bookchin también nos instaba a que hiciéramos del estudio una prioridad política. A menudo nos recordaba el compromiso con la formación que tenían los trabajadores revolucionarios antes de la Segunda Guerra Mundial. Recuerdo una anécdota que una vez compartió conmigo sobre una clase acerca del Capital de Marx a la que asistió cuando era miembro de un grupo juvenil comunista: los estudiantes y el profesor jugaron un juego en el que los jóvenes citaban un pasaje al azar del clásico libro de Marx y el desafío del instructor era recordar su ubicación exacta en el texto. No había oportunidad en la que no tuviera éxito, para el regocijo y el asombro de la juventud. Este relato y otros similares nos ayudaban a imaginar cómo podría ser una rigurosa cultura del estudio, más allá de la academia, y a creer que nosotros también éramos capaces de crearla. Efectivamente, bajo su influencia, yo y otros estudiamos por nuestra cuenta, asistimos a sus clases, y formamos una extensa red de grupos de estudio. Por un tiempo, fue posible participar en grupos de estudio semanales sobre Hegel, Marx, la Revolución Francesa, las ciudades, así como otros temas y teóricos de peso; había tantos grupos de estudio, y eran de tan alta calidad, que la gente solía decir que habíamos iniciado una universidad subterránea.

Por supuesto, las reflexiones críticas que desarrollábamos mediante el estudio se extinguirían si permanecían encerradas en los confines de una biblioteca o en un círculo de discusión. Como decía Marx, el objetivo era cambiar el mundo, no sólo interpretarlo.

Para Bookchin, la política era fundamentalmente una actividad ética. Aunque se comprende popularmente como un ritual de competencia por el poder entre las elites y los socialistas clásicos la definen como una expresión epifenomenal de contradicciones de clase subyacentes, Bookchin concibió la política como el marco a través del cual los humanos median sus relaciones unos con otros y, como tal, es esencialmente ética y está vinculada con el estado sólo incidentalmente. Estas nociones reflejaban su perspectiva ecológica (que era inherentemente relacional), pero también la influencia de pensadores pre-modernos como Aristóteles, así como el moralismo de la Nueva Izquierda. (14)

Poner nuestra actividad en un marco altamente ético hizo que adquiriéramos un compromiso inusualmente fuerte con la sinceridad, la responsabilidad y con una forma abierta y honesta de discutir las ideas entre nosotros. También alentó un profundo anhelo por sacrificarnos por la causa, que es una de las razones por las que nuestro pequeño grupo fue tan productivo. La mayor parte de nuestro trabajo tuvo lugar a través de los Verdes, que Murray consideraba en ese momento como el movimiento más abierto a acoger su visión social y ecológica. Todos participábamos activamente en los Burlington Greens, a través de los cuales intentábamos llevar una perspectiva ambiental y radicalmente democrática a la política local. Como miembros de este grupo, publicábamos boletines, patrocinábamos foros públicos y presentábamos candidatos para las elecciones municipales. (15) También participábamos en la Left Green Network, que era una organización norteamericana dedicada a promover una perspectiva anti-estatista y anti-capitalista en el movimiento ambientalista, así como una perspectiva ecológica en la izquierda revolucionaria amplia. En nombre de esta organización, coordinábamos conferencias regionales y nacionales, presentábamos documentos de posición, y publicábamos una revista (Left Green Notes). Por último, estábamos involucrados en la construcción de una tendencia internacional verde de izquierda. Esto tenía lugar a través de la publicación de Murray (Left Green Perspectives) y también mediante el desarrollo de relaciones amistosas con militantes de la izquierda verde alrededor del mundo (éramos particularmente cercanos con Jutta Ditfurth, líder de la facción izquierdista – es decir, “fundi” – de los Verdes de Alemania).

Esta perspectiva ética infundió en nosotros una gran confianza e hizo que nuestra denuncia del capitalismo y el estado fuera especialmente resoluta. A diferencia de los marxistas, no creíamos que el capitalismo fuese un paso necesario en la larga marcha hacia la libertad humana, sino una farsa que debía ser condenada por insertar en el nexo mercantil todo lo que encuentra a su paso. Igualmente, nuestra posición sobre el estado era categórica: no era un instrumento que podía aprovecharse para fines liberadores, sino una institución que sólo existe en la medida en que no hay una democracia genuina.

Las perspectivas morales de Bookchin también nos proporcionaron una manera de responder a la histórica incapacidad de la izquierda para crear una sociedad justa, igualitaria. Aunque podríamos pensar la tradición revolucionaria como un legado de fracaso total, esto no era – creíamos nosotros – consecuencia de una deficiencia inherente al proyecto, sino una falta de probidad moral por parte de sus protagonistas principales. Los comunistas no tenían la suficiente fe en la creatividad humana como para prevenir que su movimiento se convirtiera en una brutal máquina burocrática; los anarquistas clásicos carecían del coraje para prescindir de su ingenua entrega a la espontaneidad popular; y los militantes de la Nueva Izquierda habían sido demasiado débiles como para resistir las muchas tentaciones que encontraron en su “larga marcha por las instituciones”. La causa revolucionaria perduraba – sentíamos – para esos pocos audaces que estaban dispuestos a aceptarla en su plenitud.

El tercer principio de la militancia que Murray intentó transmitirnos fue la necesidad de audacia. Nos convenció de que pequeños grupos de personas pueden cambiar el mundo si están dispuestos a correr riesgos y nadar contra la corriente de la historia. Su propia biografía estaba llena de ejemplos de cuán fructífero podía ser esto. Innovó teóricamente, alcanzó cierto renombre como autor, y se las arregló para financiarse mediante sus iniciativas intelectuales; todo porque había tenido la temeridad para resistir la convención. Recuerdo un pequeño afiche enmarcado que colgaba en la pared cercana a su cama. Había cuatro o cinco párrafos de texto bajo grandes letras negras que demandaban “¡Armas para Hungría!”. Había escrito estas palabras en 1956 en apoyo de los rebeldes que se habían levantado contra el régimen comunista en dicho país. (16) Consideré este afiche como un recordatorio – y como su intento de recordarse a sí mismo – de las virtudes de una vida en permanente desafío de las ortodoxias predominantes (de izquierda o no).

Murray nos incitaba a que nos convirtiéramos en intelectuales revolucionarios o, para usar su palabra preferida, la “intelligentsia”. Desdeñaba a los pensadores académicos asalariados así como a los burócratas de partido. Despreciaba la forma en que los partidos políticos cultivaban el servilismo y el dogmatismo en sus filas (por un tiempo, vio al Partido Comunista como uno de los peores culpables, y creía que éste había creado una “mentalidad policial” entre sus miembros). (17) Despreciaba igualmente el inocuo radicalismo de los disidentes académicos, que “tienen su arena pública en la sala de clases y que operan según un programa de estudios”. (18) Admiraba a figuras como Denis Diderot, y a los “hombres y mujeres que crearon el fermento intelectual que dio lugar a los panfletos y la literatura que al final fue tan importante para promover la gran Revolución Francesa de 1789 a 1795”; (19) a los pensadores opositores de la Rusia pre-revolucionaria que luego fueron víctimas de Stalin; o a John Dewey y Charles Beard en los Estados Unidos. Sin embargo, para Bookchin, el “icono” de este arquetipo social era León Trotsky, “una personalidad totalmente movilizada que se atrevió a desafiar a todo un imperio hasta que un hacha fue enterrada en su cráneo” por uno de los asesinos de Stalin. (20) De hecho, la propia vida de Murray parecía encarnar este compromiso dedicado y militante: todo su trabajo escrito y oratoria estaban hechos para los movimientos sociales, y no para la universidad. (21) “Hoy”, declaraba en una asamblea de la Juventud Verde, “nos enfrentamos con la tarea de desarrollar una intelligentsia, no un nuevo cuerpo de intelectuales”. (22)

Bookchin elogiaba la capacidad de una vanguardia revolucionaria para tomar la iniciativa y transformar las cuestiones sociales, particularmente hacia el final de su vida, cuando Lenin se convirtió en uno de sus ejemplos favoritos y una constante fuente de discusión. Recuerdo vivamente la ocasión en que me narró la toma bolchevique del poder en 1917, sentado en una silla plástica en el salón de su casa una tarde de invierno. Describió al Primer Ministro Ruso Alexander Kerensky como un hombre disoluto, indeciso, que se paseaba impotente por su oficina mientras el mundo a su alrededor quedaba patas arriba, retorciendo extrañamente su mano detrás de su espalda mientras caminaba en círculos por la habitación. Lenin, que estaba lleno de determinación (por supuesto) y sin el problema de los extraños tics físicos (por supuesto), “agarró las manecillas del tiempo”, dijo Murray, “e impulsó la historia hacia adelante” en el momento en que tomó el poder.

Bookchin nos obsequiaba a menudo historias como estas, que parecían transportarnos de Bulington, Vermont – un insípido pueblo universitario como ninguno – directamente a los campos de batalla revolucionarios de antaño. Ellas nos inspiraban y nos hacían creer que nosotros también podíamos volvernos eso que alguna vez llamó una “vanguardia educacional”, que “al menos mantendría bajo control las terribles patologías de nuestra época, y en el mejor de los casos las aboliría”. (23)

Este voluntarismo era coherente con su perspectiva más amplia de desarrollo histórico. Para Bookchin, son nuestras ideas y valores – no la base económica de la sociedad – lo que determina el curso de los eventos (en “última instancia”). Integraba este principio en todos sus escritos históricos, ya sea que estuviera examinando los movimientos revolucionarios o bien asuntos más generales de la historia de la civilización. Por ejemplo, considérese el siguiente planteamiento acerca del surgimiento del capitalismo en The Third Revolution [La Tercera Revolución]: “Si los factores culturales fueran meros reflejos de factores económicos, el capitalismo hubiese emergido casi en cualquier momento del pasado, incluso en la antigüedad. Cantidades notables de capitalistas vivieron en la Grecia y la Roma antiguas, lo mismo que en partes de la Europa medieval, y no eran menos codiciosos o emprendedores en su búsqueda de riqueza que nuestra propia burguesía. Lo que les impidió tomar una posición predominante en la vida social – asumiendo que intentaran hacerlo – fue precisamente una serie de factores culturales que favorecían la propiedad colectiva de la tierra por sobre el capital, denigraban la acumulación material y enfatizaban fuertemente el estatus social en la forma de títulos nobiliarios más que en la propiedad de bienes fungibles”. (24) Para invertir una de las frases más incisivas de Marx, no es el ser el que determina a la conciencia, sino que la conciencia determina al ser.

La concepción de activismo revolucionario que tenía Bookchin era embriagadora. Creíamos que, si lo seguíamos, íbamos a convertirnos en los legítimos herederos de una tradición revolucionaria en particular y de la tradición occidental en general, y que seríamos capaces de rectificar el error cometido cuando la humanidad tomó esta senda “aberrante” hace tantos milenios. La historia, pensábamos, estaba en una encrucijada y nosotros, intrépidos y sabios militantes, pronto determinaríamos su dirección. Se aproximaban a toda velocidad los días en los que resolveríamos “la suerte de la historia” luego de librar un “combate mimético sobre las llanuras del destino”, para citar la apropiada descripción que hace Daniel Bell del sectarismo en el socialismo marxista en los Estados Unidos. (25)

Dilemas
Por supuesto, había problemas significativos en el intento de Bookchin de construir un cuadro. Estos problemas dejaron una fuerte impresión en mí e ilustraron algunas de las limitaciones de su ideal revolucionario. Haré un esbozo de las dificultades más notables. Ellas eran el encierro, la actitud defensiva y una desatención de las condiciones materiales para el cambio social.

Pero, para contextualizar, la posición elevada de Bookchin en nuestro medio no era resultado de su vanidad o narcicismo, sino de dos suposiciones básicas que él y todos sus seguidores compartían. Primero, creíamos que él había descubierto principios del desarrollo social que, si se aplicaban al mundo, eliminarían la jerarquía y reconciliarían a la humanidad con la naturaleza. Segundo, sosteníamos que el capitalismo destruiría el ecosistema si no aplicábamos sus principios. En otras palabras, sentíamos que no sólo debíamos aceptar sus enseñanzas para construir una buena sociedad, sino que además era necesario hacerlo si queríamos prevenir un apocalipsis ecológico. En consecuencia, las ideas de Bookchin tuvieron un papel cuasi-religioso para nosotros y él se convirtió en una especie de profeta.

Como se podría esperar, su centralidad tendía a aislarnos, cerrándonos a las reflexiones que otras tradiciones y pensadores podían ofrecer: ya que Bookchin presentaba la verdad, otros teóricos presentaban, por definición, falsedades. Había una tensión entre este encierro y la insistencia de Bookchin en que nos educáramos. En efecto, esta tensión se volvió cada vez más aguda a medida que nos enfrentábamos a los importantes textos que nos recomendaba y ansiaba confrontarse a los autores contemporáneos. Recuerdo que a menudo nos disuadía de explorar escritores que – era su temor – podrían amenazar su control sobre nosotros. Hacía esto con regularidad ridiculizándolos o denigrándolos personalmente (recuerdo que esto era particularmente cierto en sus comentarios sobre Foucault y Adorno). En otras ocasiones, simplemente preguntaba exasperado, “¿qué podrían tener de interesante sus obras?”.

Este hermetismo también nos alentaba a desarrollar un vocabulario y estilo político tan único que era difícil comunicarse y aprender de otros activistas. Por ejemplo, aun en la cima de la influencia de Bookchin, pocos habrían comprendido lo que decíamos si nos pronunciábamos únicamente en sus frases típicas (considérese: “una ‘intelligentsia’ debería estudiar las ‘sociedades orgánicas’ si pretende ‘volver auto-consciente la naturaleza’”). (26)

Igualmente, la elevada categoría de Bookchin alimentaba entre nosotros una política altamente no-democrática que ponía en riesgo nuestra capacidad de provocar reflexiones al interior de nuestros propios círculos. El servilismo era bastante común. Por ejemplo, el grupo Verde local que estaba en actividad cuando yo llegué a Burlington giraba casi totalmente en torno a Murray, que asumió una postura casi de oráculo durante las clases que daba sobre historia y filosofía. En dichas clases, simplemente leía de manuscritos en los que estaba trabajando, interrumpiéndose sólo para digresiones ocasionales (por lo general, para polemizar contra otro pensador). Nos sentábamos a su alrededor en la habitación, tomando notas frenéticamente. No entregábamos trabajos ni teníamos que dar exámenes: nuestro trabajo consistía simplemente en absorber sus reflexiones.

Este servilismo tenía su contraparte en exabruptos igualmente corrosivos por parte de antiguos seguidores desilusionados o de activistas a los que les molestaba el estatus de Murray. Con respecto a estos últimos, todos los veranos había abucheadores tratando de interrumpir las clases de Murray en el Instituto de Ecología Social y eran una preocupación cada vez que hablaba públicamente. Con respecto a los anteriores, John Clark era el ejemplo más extremo. Por un tiempo, Clark veneró a Bookchin como el “principal teórico anarquista contemporáneo”, (27) celebró sus “magnífica contribución”, (28) e incluso editó un volumen entero en su honor. (29) Sin embargo, sólo algunos años después de la publicación de su libro en homenaje a Bookchin, Clark comenzó a publicar una serie constante de artículos atacándolo, al parecer porque Clark sentía que Bookchin lo había desairado. Publicó numerosas diatribas anti-Bookchin, a menudo patéticas (como la “Confesión al Camarada Murray Bookchin, Presidente y Secretario General del Partido Ecologista Social y Fundador del Naturalismo Dialéctico (DIANAT) por parte de ‘C’”). Para Clark, Bookchin es ahora una “fuerza divisiva, debilitante” y “un obstáculo”. (30)

Aunque nunca vi a Bookchin exigiendo adulación, la motivaba indirectamente. Por ejemplo, constantemente hablaba de su mala salud y daba a entender que su muerte era inminente. Hacía esto cuando lo conocí en 1989, casi dos décadas antes de morir, y he oído relatos de un comportamiento similar veinte años antes de eso. Estos comentarios creaban un aura trágica a su alrededor y la sensación de que debíamos atesorar cada momento con él.

El corolario de esta concepción ética de la política era una obsesión con la defensa de sus puntos de vista contra las amenazas. De hecho, es probable que Bookchin haya pasado más tiempo librando batallas contra pensadores y tendencias rivales de la izquierda y el movimiento ambientalista que efectivamente desarrollando sus propias ideas.

Por ejemplo, fue autor de lo que parece ser una lista interminable de polémicas. (31) Su primera polémica importante fue “Listen, Marxist!” [“¡Escucha, Marxista!”], que publicó en la misma época en que salieron a la luz varios ensayos fundacionales (“Ecology and Revolutionary Thought” [“Ecología y Pensamiento Revolucionario”] and “Post-Scarcity Anarchism” [“Anarquismo Post-Escasez”], específicamente). También hubo polémicas al interior del movimiento ambientalista, contra los “ecologistas profundos” y algunas facciones de los Verdes (por ejemplo, Defending the Earth: A Dialogue Between Murray Bookchin and Dave Foreman [Defendiendo la Tierra: Un diálogo entre Murray Bookchin y Dave Foreman] and Which Way for the Ecology Movement? [¿Qué Camino para el Movimiento Ecológico?]; su principal polémica en el movimiento anarquista fue, Social Anarchism or Lifestyle Anarchism: An Unbridgeable Chasm [Anarquismo Social o Estilo de Vida Anarquista: Un Abismo Infranqueable]; y finalmente está su arrolladora y omniabarcante polémica, Re-enchanting Humanity: A Defense of the Human Spirit Against Anti-humanism, Misanthropy, Mysticism, and Primitivism. (32) Bookchin era un polemista extremadamente talentoso – en efecto, este fue el contexto de algunos de sus mejores escritos – pero era demasiado rudo a veces. El poeta beat Gary Snider una vez alegó en el periódico Los Angeles Times que Murray “escribe como un matón estalinista”. (33)

Otra estrategia era la de romper con seguidores que encontraba sospechosos por alguna u otra razón. Experimenté esto recién llegado a Burlington, cuando dejó el grupo Verde local que fundó, inspiró y guió. El asunto que causó la división fue extremadamente menor: durante una campaña por el municipio, uno de nuestros candidatos conspiró con el candidato del Partido Demócrata para no tratarse muy mal durante un debate y ponerle las cosas difíciles al candidato de los Progresistas (nuestro rival de izquierda). Esta era una maquinación política típica, pero en una escala insignificante: como mucho, sólo unas pocas docenas de personas prestaron atención a estos debates. Sin embargo, para Murray esto significaba una escandalosa transgresión de la rectitud moral de nuestro grupo. ¡La mala semilla del oportunismo había sido sembrada entre nosotros! Todavía recuerdo las feroces discusiones que ocurrieron en la casa de Bookchin cuando nuestro grupo se reunió para intentar resolver el asunto: se hicieron acusaciones, hubo gritos, e incluso se volcó una mesa. Parecía como si el mundo se estuviese acabando. Poco después, Murray, Janet y su aliado más cercano, Gary Sisco, se separaron, mientras el resto de nosotros formamos otro grupo. En ese momento, yo admiraba lo dispuesto que estaba Murray a convertir incluso los pequeños asuntos en cuestiones de principios, pero ahora me parece absurdo que hubiese desarmado un grupo que le había tomado años construir por un problema tan trivial, especialmente cuando podría haber sido enfrentado de tantas otras formas.

Otra táctica consistía en distinguirse de aliados que consideraba problemáticos inventando nuevos nombres para sus propios puntos de vista: en determinado momento, ya no era un Verde, sino un Verde de Izquierda; por un tiempo, propuso lo que llamó ecología social radical, no sólo ecología social; en cierto momento, abandonó el término “municipalismo libertario” por el de “comunalismo”; en otro, decidió que debía abandonar el anarquismo por el “anarquismo social” (y luego dejar el anarquismo completamente).

Dio pie a estas divisiones sin importar el costo político o el aislamiento que le supondría. (34) Por ejemplo, Murray, Janet y Gary renunciaron a la Left Green Network poco después de dejar el grupo Verde local. Como razones para su retiro mencionaron la ruptura de nuestro grupo local, tendencias hacia la formación de partido al interior de los Verdes a nivel nacional, y la salud cada vez más débil de Murray. (35) Todas estas razones eran plausibles, pero ellos se retiraron justamente cuando la Red estaba dejando de ser un pasivo comité hecho de papel y comenzando a ser una organización real dirigida por los seguidores de Bookchin e inspirada por sus perspectivas. Quizás la instancia más flagrante de esto ocurrió cuando Murray comenzó a denunciar al anarquismo en el punto más alto del movimiento anti-globalización. Ésta fue la primera vez, en décadas, que el anarquismo tenía una presencia en la vida pública y debiese haber sido un momento triunfal para él, dado que había hecho más que ningún otro pensador para recuperar el punto de vista anarquista en la segunda mitad del siglo XX. Y, aún así, en vez de aprovechar la ocasión, se refugió en un amargo alegato doctrinario.

Finalmente, su convicción de que un pequeño grupo puede transformar la historia implicaba el clásico problema asociado al voluntarismo: una despreocupación por las condiciones para el cambio social.

Esto era evidente de muchas formas, pero la más chocante para mí era el silencio de Bookchin con respecto a la supremacía blanca y el racismo, temas que él nunca confrontó ni siquiera de un modo superficial. Su falta de atención al asunto significaba que se olvidaba de uno de los factores más importantes en la constitución del mundo que buscaba transformar y aseguraba que su obra nunca inspiraría a un amplio sector del público.

Recuerdo haberme impresionado ante lo extraño que era que Bookchin se hubiese establecido en Vermont, el estado más blanco de Estados Unidos, y que las organizaciones que construyó fueran siempre predominantemente blancas (entre el 90 y el 100 por ciento) y lo mismo su cuadro. Aunque nunca fui testigo directo de lo que reconocía como un obvio acto de prejuicio, me parecía claro que Bookchin vivía en una burbuja. Lo que no capté en ese momento era que el voluntarismo de Bookchin confirmaba su ceguera: si el cambio social era una cuestión solamente de voluntad, entonces apenas había razones para comprender las condiciones sociales que experimentaba la mayor parte de la población – mucho menos para combatir políticamente contra éstas. La preparación subjetiva de la elite revolucionaria es la única tarea que importa realmente.

Dispersión y Resonancia
Los grupos revolucionarios apuntan a transformar la sociedad y, al hacerlo, a socavar las condiciones que los vuelven necesarios: después de todo, no tendrían razón para existir una vez que “cruzan a la otra orilla”, para tomar una frase de los comentarios de Trotsky sobre el sectarismo. (36) Dicho esto, es más común que dichos grupos transformen a sus miembros – y no a la sociedad – de una forma que erosiona las condiciones de su propia existencia.

Esto es ciertamente lo que ocurrió con el cuadro de Bookchin. Todos los jóvenes que se trasladaron a Burlington para trabajar con él dejaron la ciudad entre 1991 y 1992. Un grupo de considerable tamaño se fue a Alemania para aprender la lengua y estudiar filosofía continental (Adorno, en particular). Otros, entre los que me incluyo, fuimos a la ciudad de Nueva York para inscribirnos en el programa de filosofía de la New School for Social Research. Algunos simplemente desaparecieron. Esta dispersión marcó el fin de la última vez que Bookchin intentó con entusiasmo construir un núcleo para instituir sus perspectivas.

Murray era un hombre apasionado, inteligente, difícil, necesitado, carismático, arrogante, divertido y generoso: en otras palabras, era contradictorio, como todos nosotros. He intentado capturar algunos de los elementos en conflicto de su vida y su obra en este ensayo. Aunque mi perspectiva es poco favorecedora a veces, creo que una visión crítica debe ser parte de cualquier apreciación seria de su legado. Los movimientos revolucionarios asumen demasiado a menudo una postura conservadora con respecto a su propia historia.

Tengo sentimientos encontrados cuando reflexiono sobre mis años con Bookchin. Aunque en ese momento estaba entrando en la segunda década de mi vida, me parece extraordinario pensar que me comprendí a mí mismo en los términos que nos proporcionó su grandiosa narrativa del desarrollo histórico. Ya no es así, y supongo que cada generación tiene derecho a sus propias ilusiones. (37)

Pero los eventos descritos más arriba no son sólo otro relato de exceso y desencanto juvenil. Por mi parte, los dos años y medio que pasé en el núcleo de Bookchin dejaron en mí una impronta duradera y fundamentalmente positiva, a pesar de los conflictos y las contradicciones. Lo que es más importante, me permitieron imaginar brevemente que mi vida se había confundido con las tendencias históricas, algo que era electrificante y que estimuló en mí apetitos revolucionarios que todavía no se apaciguan. Fomentó también un amor duradero por el aprendizaje y un sentido más matizado de mi capacidad como actor político. Sospecho que muchos de mis pares harían afirmaciones similares.

Nunca más habrá una secta como la de Bookchin y es improbable que vuelva a haber, alguna vez, una secta anarquista de algún tipo. Las premisas teóricas necesarias para una formación como ésta – la idea de una historia universal, de contradicciones primarias y secundarias, etc. – no han tenido mucho éxito en nuestra cultura en general. Del mismo modo, los actuales movimientos de oposición ya han tenido demasiada experiencia con la democracia como para tolerar un grupo como el que creó Bookchin (y no debemos olvidar que a él le cabe cierta responsabilidad por esta maduración política).

En mi opinión, los problemas que he descrito en este ensayo no constituyen una crítica al proyecto revolucionario que abrazó Bookchin, sino solamente a la particular manera en que lo formuló. Aunque no hubiese resuelto los antiguos problemas de la humanidad o elaborado una doctrina comparable al marxismo, esto no prueba que la iniciativa a la que entregó su vida sea menos valiosa o imposible. Simplemente da cuenta de que es algo muy, muy difícil.

Aunque Murray era un militante de un calibre enteramente distinto, algunos comentarios que Engels pronunció en el funeral de Marx le son aplicables. Él era, dijo Engels de Marx, “ante todo un revolucionario. Su verdadera misión en la vida fue la de contribuir, de un modo u otro, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones estatales que ésta procreó… La lucha era su elemento”.

Lo mismo podría decirse de Bookchin, aunque a la cita tendría que seguirle aquella que William Morris escribió en The Dream of John Ball [El Sueño de John Ball] y que Murray utilizó para The Ecology of Freedom [La Ecología de la Libertad]: “Medité sobre todas estas cosas, y sobre cómo los hombres luchan y pierden la batalla, y que eso por lo que luchan ocurre a pesar de su derrota, y que cuando ocurre resulta ser otra cosa que la que querían decir, y que otros hombres tienen que luchar por lo que ellos querían decir bajo otro nombre”.

Murray Bookchin, QEPD.

* * * * *

Estoy agradecido con Paul Glavin, Walter Hergt, Matt Hern, Yvonne Liu, Joe Lowndes, y Mark Lance por sus útiles comentarios sobre los borradores de este ensayo.

[Nota del traductor: Gracias a Luigi Celentano, Eva González y Mónica Morales Moreno por revisar la traducción y proponer valiosas correcciones que aclararon y enriquecieron el texto final.]

NOTAS

1. Bookchin fue miembro del Partido Socialista de Trabajadores de Shachtman y del Movimiento por una Democracia de Contenido de Josef Weber. Para un excelente estudio del grado en el que los puntos de vista de Weber prefiguraron muchas de las contribuciones posteriores de Bookchin, véase: Marcel van der Linden, “The Prehistory of Post-Scarcity Anarchism: Josef Weber and the Movement for a Democracy of Content (1947-1964)”, Anarchist Studies, 9 (2001), 127-145. Para una revisión de Max Shachtman, véase Maurice Isserman, If I Had a Hammer: The Death of the Old Left and the Birth of the New Left (Chicago: University of Illinois Press, 1993), 35-76 y Peter Drucker, Max Shachtman and His Left: A Socialist’s Odyssey Through the “American Century” (Atlantic Highlands, NJ: Humanities Press, 1994).

2. Aunque Bookchin nunca usó la palabra “secta” para describir su proyecto y ciertamente la habría rechazado, es aplicable. El Merriam-Webster Unabridged Dictionary describe una secta como “un grupo separado que adhiere a una doctrina o forma de pensar distintiva o a un líder en particular…. una escuela de filosofía o de opinión filosófica…. un grupo que sostiene perspectivas similares en política, economía u otros ámbitos”.

3. Murray Bookchin, The Philosophy of Social Ecology, 1a Edición, (Montreal: Black Rose Books, 1990), 45.

4. Murray Bookchin, The Ecology of Freedom: the Emergence and Dissolution of Hierarchy (Palo Alto, CA: Chesire Books, 1982), 319. [Hay trad. cast. La Ecología de la Libertad: el surgimiento y la disolución de la jerarquía (Madrid: Nossa y Jara, 1999)].

5. Murray Bookchin, The Philosophy of Social Ecology, 178. El mismo pasaje se encuentra también en Murray Bookchin, “Ecologizing the dialectic”, en John Clark, Renewing the Earth: The Promise of Social Ecology, A Celebration of the Work of Murray Bookchin (Londres: Green Print, 1990), 211.

6. Murray Bookchin, The Philosophy of Social Ecology, 1a Edición, 182-183.

7. Bookchin usó la palabra “crisis” a lo largo de su obra, incluyéndola en el título de muchos de sus ensayos y también en un libro (The Modern Crisis [La Crisis Moderna]). Al comentar las raíces médicas del uso del término en la teoría social, Seyla Benhabib señala que “‘crisis’ designa una etapa del desarrollo de una enfermedad que es un punto decisivo y durante el cual se alcanza el diagnóstico definitivo sobre la cura o empeoramiento del paciente”. Seyla Benhabib, Critique, Norm, and Utopia: a study of the foundations of critical theory (Nueva York: Columbia University Press, 1986), 20.

8. Bookchin, The Philosophy of Social Ecology, 1a Edición, 163-164.

9. Bookchin, Re-enchanting Humanity: A Defense of the Human Spirit Against Anti-humanism, Misanthropy, Mysticism, and Primitivism (Londres: Cassell, 1995), 235.

10. Bookchin, The Philosophy of Social Ecology, 2a ed., (Montreal: Black Rose Books, 1996), 160.

11. Bookchin, The Ecology of Freedom, 315.

12. Murray Bookchin, Remaking Society (Montreal: Black Rose Books, 1989), 202-203.

13. Por supuesto, Bookchin no pretendía que adquiriéramos una educación en el sentido convencional del término. De hecho, me inscribí en el programa “fuera del campus” del Goddard College con el fin de trabajar con él, lo que significaba, esencialmente, dar la espalda a una educación superior. El programa de Goddard no exigía que sus estudiantes asistieran a clases o siguieran un currículo específico; aparentemente, no exigía que hicieran nada en especial. Yo agradecí esto, porque me permitía vivir en Burlington y dedicarme exclusivamente a las actividades del movimiento. No me arrepiento de haber optado por esto. Sospecho que aprendí más de Bookchin que lo que podría haber aprendido en una universidad. Puesto que, ¿cómo podría competir la vida académica tradicional con una participación activa en un contexto dedicado a transformar el mundo?

14. Por ejemplo, tómese en cuenta la afirmación de Aristóteles: “Los estudios éticos podrían llamarse con justicia estudios políticos” (Retórica, Libro I, c. II, parágrafo 7).

15. Bookchin hacía una clara distinción entre la ciudad y el estado, y ésta era la premisa de su argumento de que las campañas electorales a nivel municipal pueden ser una forma legítima de activismo comunitario (y no de activismo estatista).

16. Seguramente este panfleto formaba parte de la campaña del Movimiento por una Democracia de Contenido a favor de los rebeldes húngaros. Bookchin participó activamente en ella. Véase, Marcel van der Linden, ibid.

17. Murray Bookchin, Carta al Editor, New York Review of Books, 15 de Agosto, 1985. Accedido el 14 de Junio, 2007. (http://www.nybooks.com/articles/5378)

18. Murray Bookchin, “Intelligentsia and the New Intellectuals,” Alternative Forum, Vol.1, No.1, Otoño, 1991. Accedido el 14 de Junio, 2007. (http://dwardmac.pitzer.edu/ANARCHIST_ARCHIVES/bookchin/intellectuals.html)

19. Ibíd.

20. Murray Bookchin, “On The Last Intellectuals”, Telos, 73 (Fall 1987): 184.

21. Nunca asistió a la universidad, excepto por algunas clases que tomó sobre tecnología radial después de la Segunda Guerra, y nunca tuvo un puesto académico a largo plazo (su “puesto” en el Instituto de Ecología Social era puramente nominal).

22. Murray Bookchin, “Intelligentsia and the New Intellectuals”.

23. Murray Bookchin, “Reflections: An Overview of the Roots of Social Ecology”, Harbinger: A Journal of Social Ecology, Vol. 3, No. 1, (Otoño 2002). Accedido el 14 de Junio, 2007. (http://www.social-ecology.org/article.php?story=2003111811572182)

24. Murray Bookchin, The Third Revolution: Popular Movements in the Revolutionary Era, Vol. 1 (Londres: Cassell, 1998), ix.

25. Daniel Bell, Marxian Socialism in the United States (Ithaca, Nueva York: Cornell University Press, 1996), 10, n. 13.

26. La tendencia hacia el hermetismo tenía una lógica política. En particular, asumíamos que no era posible construir un movimiento de masas en la coyuntura actual, dada la decadencia histórica generalizada que suponíamos ver a nuestro alrededor, y por ello nos sentíamos llamados a dirigirnos a los sectores más “avanzados” de la población. Esto avalaba el uso de un discurso muy esotérico y, en cierto grado, lo hizo necesario como elemento vinculante en nuestra comunidad política.

27. John Clark, “Murray Bookchin”, Encyclopedia of the American Left, ed. Paul Buhle et al. (Chicago: University of Illinois Press, 1992), 102.

28. John Clark, Renewing the Earth: The Promise of Social Ecology, A Celebration of the Work of Murray Bookchin (Londres: Green Print, 1990), 3.

29. Me refiero al libro citado en la nota anterior.

30. John Clark, “Municipal Dreams” en Andrew Light, Social Ecology After Bookchin (Nueva York: The Guilford Press, 1998), p. 183.

31. Estas polémicas pueden entenderse al menos parcialmente como un sustituto de las batallas políticas que Murray demandaba pero era incapaz de dar debido a su marginalidad.

32. Defending the Earth: A Dialogue Between Murray Bookchin and Dave Foreman (Boston: South End Press, 1991), Which Way for the Ecology Movement? (Edinburgh y San Francisco: AK Press, 1993), Social Anarchism or Lifestyle Anarchism: An Unbridgeable Chasm (San Francisco: A.K. Press, 1995), Re-enchanting Humanity: A Defense of the Human Spirit Against Anti-humanism, Misanthropy, Mysticism, and Primitivism (Londres: Cassell, 1995).

33. Bob Sipchen, “Ecology’s Family Feud: Murray Bookchin Turns up the Volume on a Noisy Debate”, Los Angeles Times, 27 de Marzo, 1989, p. 1.

34. A veces, Bookchin parecía apreciar su propio aislamiento, como si fuese un signo de gracia.

35. Murray Bookchin, Janet Biehl, Gary Sisco, “Burlington Greens Depart from the Network, Left Green Notes, Febrero/Marzo, 1991, p. 7.

36. Leon Trotsky, The Transitional Program for Socialist Revolution (Nueva York: Pathfinder Press, 1974), 109.

37. Irving Howe describió experiencias similares en el Partido Socialista de Trabajadores (SWP) en los años 30: “Nunca antes, y ciertamente nunca después, viví con tal intensidad, ni estuve de tal modo absorbido en ideas que fueran más allá de la pequeñez del yo. Comenzó a parecer como si la forma misma de la realidad pudiese ser moldeada por nuestra voluntad, como si aquellos realmente sensibles a los ritmos internos de la Historia pudiesen someterla. Seguí adelante con la vida cotidiana: iba a la universidad, tenía algunos trabajos ocasionales, salía con chicas ocasionalmente, vivía o al menos dormía en casa. Pero lo que importaba – apasionadamente – era el movimiento, que requería mis energías, liberaba mis fantasías, me protegía día y noche del aburrimiento diario”. Irving Howe, A Margin of Hope: An Intellectual Biography (San Diego: Harcourt, Brace and Jonanovich, 1982), 42. Existen impresionantes parecidos entre las primeras tres décadas de las vidas Bookchin y Howe: ambos eran judíos descendientes de europeos del este, nacieron con seis meses de diferencia, ambos fueron criados en el Bronx, ambos fueron miembros del SWP y ambos se unieron al Ejército.

Free Alvaro Luna Hernandez!

Greetings comrades,
please read this petition and update for Alvaro
Luna Hernandez, and help us to fill up as many of
these petitions as possible and return to me to
ignite something under these bureaucrats to
re-open the cases left unsolved in SW Texas and
overturn all of this that set up Alvaro this way.

Yours in the revolutionary spirit,

John ("Twitch") Dolley, Jr.,
Committee to Free Alvaro Luna Hernandez

..."For Prisoners, there is no alcohol nor
flowers, but the night is so lovely, how can we celebrate it?
I go to the air hole and stare up at the moon,
and through the air hole, the moon smiles at the poet..."
- Ho Chi Minh, Prison Diary

COMMITTEE to FREE ALVARO LUNA HERNANDEZ
COMITE PRO DEFENSA ALVARO LUNA HERNANDEZ
P.O. BOX 7187 • AUSTIN, TEXAS 78712 • (512) 320-0511

November 24, 2009

RE: INJUSTICES: A POLITICAL PROFILE, UPDATE

ALVARO LUNA HERNANDEZ is a Chicano-Mexicano political prisoner.
He was born in Alpine, Texas, in 1952, into a
racially segregated society, where police ruled
the Chicano barrio with an iron fist. On June 12,
1968, Alvaro was with 16 year old Ervay Ramos and
witnessed RAMOS murdered in cold-blood by Alpine
Police BUD POWERS, a known racist cop with a
history of brutality against Chicanos. POWERS
never served a day in jail and escaped justice
under the protection of the U.S. Judicial system,
until his recent natural death in November 2009
in Alpine. Along with the Texas Rangers’ murder
of a young Chicano to break union strikers of the
United Farm Workers Union in South Texas, the
RAMOS and Farm Workers cases were documented by
the U.S. Commission on Civil Rights in their 1970
report MEXICAN AMERICANS AND THE ADMINISTRATION
OF JUSTICE IN THE SOUTHWEST, (Library of Congress, Washington, D.C.)

As is the case involving other ethnic nationality
groups and police, the relations between the
Chicano community and the Texas police is one of
a legacy of violent confrontations since the
illegal colonial occupation of over 50% of
Mexico’s homeland territories during colonial
wars of conquest and expansionism beginning in
the early 1800’s. The U.S. judicial system has
always been used by the oppressor occupation
forces to enforce colonial rule with its
“kangaroo court” systems, to disenfranchise
Chicanos and keep them enslaved as an internal
colony of U.S. imperialism, and treats them as
“foreigners” in their own native homeland. The
infamous “LAW WEST OF THE PECOS” saloon-court of
Judge ROY BEAN and the Texas Ranger’s history are
contemporary “historical sites” celebrating this
colonial tyranny enforced against Chicanos in the
occupied territories of Texas, New Mexico,
Arizona, California, Colorado, and parts of Utah
and Nevada, affectionately called “Aztlán” by
militant, conscious Chicanos. Despite the false
promises of the Treaty of GUADALUPE HIDALGO,
signed on February 2, 1848, that ended the war
between the United States and Mexico, Chicanos,
or Mexican-Americans have been constant victims
outrageous injustices by the genocidal forces of
national and racial oppression in violation of
international law. With good reason, the United
Nations declared “colonialism” an international
crime and a crime against humanity, yet, these
protections granted human beings do not seem to
apply to Chicanos and these crimes committed
against them have gone unpunished. It is this
colonial history that sets the stage for the
railroading of a Chicano freedom fighter by the
police, the judicial system and the government.

The Alpine Police kidnapped Alvaro from the
barrio and charged him with a bogus “criminal”
charge, he later beat in court acting as his own
attorney. However, during the interim between his
initial arrest on this false charge, his release
on bond, and the dismissal of the original
charge, Alvaro disarmed a racist sheriff in
self-defense that resulted in a shoot-out with
police. The original pretext of arrest and charge
was the end result of police confrontation and
shoot-out with police. Had police not filed the
initial false charge, the subsequent
confrontation would not have occurred. Alvaro was
tried in Odessa, Texas, in 1997, on a change of
venue from Alpine due to extensive pretrial
publicity, on 2 counts of aggravated assault on
police. The jury found him guilty on 1 count but
not guilty on count 2. He was sentenced by the
jury to 50 years imprisonment. He is not parole
eligible until the year 2021, under Texas’ harsh aggravated sentencing laws.

Alvaro has pursued on full round of appeals in
State and Federal Courts all his State and
Federal Court appeals, as well as to the U.S.
Supreme Court, which refused to review his case
in 2005. For more information on Alvaro’s
activities and his case, please visit
..www.freealvaro.org.

As of this writing, Alvaro’s case is pending
review before the INTER-AMERICAN COMMISSION ON
HUMAN RIGHTS, a consultative organ of the
ORGANIZATION OF AMERICAN STATES, styled ALVARO
LUNA HERNANDEZ v. UNITED STATES, No. P-1033-08.
The human rights complaint asserts human rights
violations against police and invokes the
diplomatic right of immunity under international
law, in Alvaro’s capacity as a delegate-member of
a non-governmental organization, the
INTERNATIONAL INDIAN TREATY COUNCIL, to the 49th
Session of the United Nations Commission on Human
Rights, March-April 1993, held in Geneva,
Switzerland, where Alvaro personally addressed
the U.N. General Assembly on the human rights
violations of U.S. political prisoners, among
other human rights violations committed by the U.S. government domestically.

The Alpine Police were well aware of Alvaro’s
activism and barrio organizing activities,
nationally and in Alpine. They knew Alvaro was
attempting to organize the Chicano barrio and was
calling for the Federal prosecution of Police BUD
POWERS for the murder of young RAMOS. That is why
they framed him, “criminalized” his human rights work under
the “pretext” of fighting “crime”, used the
judicial system to railroad Alvaro, a system that
protects corrupt and racist cops. The system had
a special “hatred” for Alvaro, as he had been
responsible in 1977, for the Federal Civil Rights
lawsuits against police and police considered him
a “trouble maker” because of his ardent
resistance to police brutality, institutionalized
racism and injustices against Chicanos in Alpine.
COINTELLPRO-like tactics (counter-intelligence
programs) were used by the Alpine Police to
monitor Alvaro’s legitimate activities, and to
frame him and railroad him into prison.

Alvaro is currently held in a repressive “control
unit” in a Texas prison, the Hughes Unit, located
in Gatesville, Texas. He continues to protest his
innocence and calls for civil rights
investigation into his police frame-up, as a
victim of the U.S. Government’s war on dissent.
Alvaro is a brilliant political thinker and
revolutionary writer, as well as a “jailhouse
lawyer” and a leader of the prison movement, form
his “sensory-deprivation” Texas prison cell. He
is well known and is officially recognized as a
political prisoner by many human rights groups
domestically and internationally, contrary to the
U.S. Government’s imperialist lie that it holds
no political prisoners, while at the same time
hypocritically condemning other countries such as
Cuba, Russia and China for imprisoning “political
dissidents” and violating human rights. Yet, the
U.S. judicial system protects real criminals and
terrorists like POWERS and LUIS POSADA CARRILES,
the right wing monster involved in the bombing of
the Cuban passenger airline in 1993 that killed many people.

We are calling on all justice, freedom-loving
people in the United States and around the world,
to support the movement to FREE ALVARO, a classic
case of political imprisonment the government
wants to keep away from the public eye. Including
the hundreds of other men and women imprisoned by
the U.S. Government because of their political
beliefs, and their opposition to the injustices
and militarist adventurism of the government,
legitimate actions undertaken and protected by
international law. We ask that you call, write a
letter, fax, or e-mail PRESIDENT BARACK OBAMA,
U.S. ATTORNEY GENERAL ERIC HOLDER, and demand the
Justice Department open a civil rights
investigation into this police frame-up
conspiracy to railroad an innocent man into
prison as part of racist and corrupt police and
judicial system practices that protects police.
This outrageous injustice must be exposed and Alvaro must be free now!

Download the petition at
..www.freealvaro.org,
and sign and mail it to the COMMITTEE TO FREE
ALVARO LUNA HERNANDEZ, Main Headquarters, in
Austin, Texas, at the address below.

You may also write a letter of support to
Alvaro at the following address:
ALVARO LUNA HERNANDEZ,
TDCJ-CID#255735,
Route-2, Box 4400,
Gatesville, Texas 76597

Tuesday, December 1, 2009

Voces de Libertad

Puedes escuchar el programa en el archivo/You can listen to the show archived:
http://archive.kpfk.org/parchive/mp3/kpfk_091201_213030vocesdelibertad.MP3

Cop Watch LA will be on Voces de Libertad Tonight at 9pm

on KPFK 90.7fm or kpfk.org

Cop Watch LA estara en el programa de radio Voces de Libertad ahora a las 9pm en KPFK 90.7FM o por internet kpfk.org